El segundo auzolan del curso se desarrolló en un ambiente excelente y se cumplieron todas las expectativas de trabajo. Así, limpiamos profundamente los canales, pintamos las aulas de bachillerato y laboratorio, se habilitó la zona de luces que se colocarán para que haya más iluminación en los accesos a la educación infantil, se adecentó la zona de Cabarceno, se dejó la huerta preparada, etc. Como es habitual, aprovechamos el hamaiketako no sólo para coger fuerzas, sino también para fortalecer las relaciones entre los asistentes.
Madres, padres, trabajadoras y trabajadores vinieron con muchas ganas de trabajar y gracias a eso conseguimos darle una nueva vuelta a la ikastola. Decimos que sí, que las ikastolas fueron creadas por el pueblo, el sábado volvimos a comprobar que es el propio pueblo, la propia comunidad, la que mediante su trabajo posibilita el proyecto de ikastola.