En nuestra ikastola realizamos sesiones de psicomotricidad con el alumnado de entre 1 y 7 años, en la sala de psico que tenemos habilitada para ello. Se divide en dos espacios, y allí recogemos el movimiento, la acción y la forma de hacer de cada niño y niña.
Este espacio, mediante el juego, les acerca a sus necesidades y dificultades, y les da la opción de calmarlas. Los y las niñas maduran y crecen a través del movimiento y el pensamiento, y esta aula les cede un sitio donde expresar ese movimiento, la libertad y la emoción.
De la misma manera, creamos un espacio para moverse con seguridad, con autonomía pero sin perderse ni ponerse nerviosos/as, y con contención. Así, dirigimos estas acciones y les damos sentido, entendiendo y poniéndole palabras a aquello que les pasa.
Les acompañamos. Es decir, el o la txiki tendrá al profesorado a su lado, para ayudarle a entender. Nos parece importante que a esa edad tengan cerca a esa figura, ya que, en cierto modo, nos necesitan, aunque seamos imperfectos/as. En ese sentido, podemos decir que la asignatura es doble, ya que la persona adulta (el profesorado) también aprende, porque, por un lado y en la medida en que los y las niñas funcionan como espejo, ve al niño/a desde otra perspectiva, y por otro, ayuda a entenderse a uno/a mismo/a. Además de eso, los y las niñas construyen su autonomía estando en contacto con el resto, ya que integran en su acción las miradas, interés y creencia que reciben del entorno.
El punto de partida es el juego, ya que ese es el idioma de los y las txikis, y por medio de éste, y sin hacer ni recibir daño, les pedimos que hablen y cuenten. Así, cualquier niño/a que juega se vuelve más libre.
En resumen, en la clase de psico aparece el lenguaje del espejo, para describir y decir aquello que realizan, sin ningún juicio y desde el respeto. Por eso, el profesorado trabaja desde la capacidad de aceptar y recoger las diferentes formas de expresarse. Los y las niñas, por su parte, se valen de sus propias y principales herramientas: el juego, la actividad y el movimiento. Por lo tanto, si conseguimos cuidar esto, conseguiremos herramientas para construir su futuro.