Las nuevas situaciones, los espacios desconocidos o, generalmente, todo lo que percibimos por primera vez, a menudo nos puede generar una sensación de incertidumbre y duda. A los y las niñas les ocurre lo mismo al empezar la Ikastola. Por eso, cada inicio de curso, ponemos en marcha el proceso de conocimiento mutuo en HH 1, 2 y 3.
Desde la ikastola entendemos que los y las niñas necesitan tiempo para pasar de una unidad de convivencia afectiva básica como la familia a otro ámbito más amplio, desconocido y nuevo, y precisamente eso es el proceso de conocimiento mutuo o adaptación. Según Ioritz Barrenetxea, Responsable Pedagógico, en ese tramo, se trabajan, desde el punto de vista de los sentimientos, las pérdidas y ganancias que conlleva esa separación, mientras que los y las niñas asumen esa separación. Es un camino personal, el niño es el protagonista y el logro será suyo. Mientras tanto, tendrán a los y las educadoras y las familias como compañeros/as de viaje, respetando su ritmo, características y forma de ser.
En ese sentido, el proceso de conocimiento mutuo no es un proceso de habituación, sino el momento en el que la seguridad pasa de una mano a otra: de la seguridad familiar a la seguridad afectiva de la ikastola. Aunque este proceso se pone en marcha a principios de curso, no solo se da en esa época; es posible que se dé distintas veces durante el curso: de vuelta del fin de semana, después de estar enfermo/a, de vuelta de las vacaciones…
En el proceso se pueden diferenciar tres fases: la de antes de empezar la escuela; una vez iniciada la escuela y, finalmente, la de la cotidianidad. Ahora que se está acabando el primer mes del curso, los y las niñas de las primeras etapas de HH se han sumergido en la tercera fase. En esta fase se hace referencia a la adaptación en la vida cotidiana. En palabras de Barrenetxea, “aquí lo importante en el día a día es cuidar las relaciones con las familias y entre la escuela, fomentando la confianza”. Y es que, el o la txiki está en constante adaptación a espacios nuevos, amiguitos/as nuevas o material nuevo, y, por lo tanto, los y las educadoras adaptarán la actividad de clase, el material o el contexto según el o la niña.