
Es habitual que tras las vacaciones de invierno a nuestro alumnado más joven le cueste adaptarse al día a día en la ikastola. Se acostumbran a estar con sus familiares más cercanos, y les cuesta volver a coger la rutina diaria. Este año, además, preveíamos una situación más delicada de gestionar. De hecho, en diciembre, y debido a la COVID-19, muchos niños y niñas se quedaron sin venir a la Ikastola y ello podría aumentar la sensación de lejanía. Para nuestra sorpresa, la vuelta de este año ha sido muy positiva, y han vuelto a clase con muchas ganas y entusiasmo. No es la primera vez, pero han vuelto a darnos una gran lección.