La ayuda no se destina a gastos de funcionamiento ordinario, sino a nuevas inversiones y/o proyectos. El objetivo no es convertirse en una fuente estable de financiación, sino de ofrecer una ayuda mientras cada ikastola no sea capaz de afrontar por sí sola la situación en la que se encuentra. De la misma manera, Elkartasun Ikastolak E.K.E. no puede entrar en una dinámica de reparto de más dinero del que percibe. Para que este instrumento de solidaridad tenga futuro, es necesario ser prudentes para crear un fondo dejando un % de la caja de solidaridad anual.
Desde 2012, gracias a la aportación de todas las ikastolas se han repartido 7.186.848 euros con el fin de apoyar a las ikastolas necesitadas y promover nuevas inversiones. Y si fuéramos más atrás en el tiempo, la Caja de Solidaridad de ikastolas, vigente desde 1992, ha repartido en total más de 18 millones de euros. En el pasado, también Armentia Ikastola ha recibido esa ayuda.
En cuanto a nuestra ikastola, aportará 18.752 euros a esta caja solidaria, correspondiente a los cursos 2020-2022. Pero más allá de los números, la caja de solidaridad es un instrumento fundamental para la federación de Ikastolas, porque es un instrumento imprescindible para fortalecer la red de ikastolas y dotar de músculo económico a las ikastolas que, por la realidad administrativa o el paisaje lingüístico de Euskal Herria, pueden encontrarse en una situación más grave.
Este año son 6 las personas que recibirán dinero de esta caja solidaria: ikastola Labastida (Labastida, Rioja Alavesa) Harrobia Ikastola (Bilbao, Bizkaia), Argia Ikastola (Tudela, Navarra), Ibaialde Ikastola (Lodosa, Navarra) Tantirumairu Ikastola (Lesaka, Navarra) y Seaska Ikastolas (Iparralde). En el caso de Ander Deuna (Sopela, Bizkaia) ha solicitado la ayuda, pero no se le ha concedido.
Las ayudas serán en forma de aportaciones de capital y/o préstamos. Es decir, no se concede a fondo perdido, sino que se devuelve (préstamo) o se queda en el capital social (aportación de capital) de la ikastola que lo recibe. Las ayudas se conceden por un periodo de tiempo lo más breve posible y así deben entenderlo y utilizarlo las ikastolas que lo reciben. Es decir, que la ayuda que se conceda debe dirigirse exclusivamente con ese fin, debiendo haciendo todos los esfuerzos posibles para darle la vuelta a la situación lo más rápidamente posible. De otro modo, las futuras acciones solidarias quedarían totalmente limitadas.