Él tiene la función de tener preparados los dispositivos tecnológicos de la ikastola.
¿En qué se basa tu trabajo?
Estudié informática porque desde pequeño tenía esta afición.
La ikastola es muy grande y hay muchos medios técnicos e informáticos: un ordenador no se enciende, el programa se ha bloqueado o el wifi no funciona o... tengo que arreglar montón de pequeñas operaciones para el final de la semana. Además de lo que aprendí en la carrera, eso me obliga a estudiar y a actualizarme.
En general, llevo el servidor, el wifi, todos los ordenadores, etc. Hay muchos/as alumnos/as y profesores/as y, por el uso, es difícil que los dispositivos funcionen siempre.
¿Cómo han afectado a tu trabajo la pandemia y las nuevas condiciones de enseñanza?
Al principio el cambio fue muy grande. Hace seis años empezamos con los Chromebook, por lo que cada alumno/a tiene su propio ordenador. Por lo tanto, a partir de la ESO están digitalizados/as, pero los/las de lon niveles inferiores no.
En dos o tres días adaptamos y preparamos entre 40 y 50 ordenadores para que el profesorado pudiera dar clases desde casa. Yo hacía tareas de control remoto en las primeras épocas de la pandemia.
El alumando se sumó a los Meets y, una vez hecha la adaptacións, la mayoría de ellos/as se las arreglaron sin problemas.
¿Crees que a partir de ahora, nos quedarán muchos habitos de digitalización?
Nuestro reto, tras la pandemia, es acercar la digitalización al mayor de número de profesores y profesoras posible. Ahora se están adaptando, pero creo que muchos de los hábitos en el ámbito de la digitalización que hemos aprendido y transformado durante la pandemia, han venido para quedarse. EL profesorado tendrá que utilizar los ordenadores todos los días y algunos/as se han dado cuenta de que la experiencia hace más cómodo su trabajo.