Durante años se fueron dando pasos y a partir del curso 2017-2018 se consiguió mejorar la alimentación de nuestros alumnos y alumnas, ya que desde entonces Armentia Ikastola decide sus menús. A partir de este momento, se han disminuido los precocinados, disminuido la frecuencia de fritos, hay mayor presencia de legumbres y hortalizas y disminuido en la medida de lo posible los alimentos con azúcar.
¿De dónde viene lo que comemos?
Como cuenta Ibai Ruiz de Aretxabaleta, se dieron cuenta de que muchos de los productos que estábamos consumiendo en Araba provenían de EEUU, Canadá o Argentina. Por lo tanto, el primer paso fue ponerse en contacto con algunos agricultores alaveses para obtener alimentos de origen cercano. Para ello fue imprescindible la ayuda de Basaldea.
Ibai agradece la colaboración y actitud de Jon Ander y Maider, cocinero y cocinera, ya que, lo tienen claro: "Aunque necesitemos más tiempo, preferimos limpiar las lechugas que abrir bolsas de plástico".
En un principio se empezó a trabajar con pocos alimentos pero hoy en día el 100% de las legumbres que se comen en el comedor de Armentia Ikastola son legumbres ecológicas alavesas (alubias, lentejas y garbanzos) y también el 70% de las verduras (patatas, calabazas, puerros, cebollas, lechugas, acelgas). Oskar y Mikel son los principales proveedores agricultores y sus huertas se ubican en Monsterioguren y Bolibar, a 3 km de Vitoria-Gasteiz.
Los alimentos ecológicos tienen una serie de beneficios: calidad, ser apetitosos, alimenticios y saludables. Pero el grupo de trabajo creado en la Ikastola queríamos apostar por otros valores: impulsar el desarrollo sostenible y las relaciones comerciales más directas de los pequeños agricultores alaveses, fomentar una economía de proximidad y minimizar en lo posible la huella ecológica que dejan los alimentos.
El comedor no es sólo un lugar para comer
Hay otros muchos objetivos, aparte de la alimentación, que se pueden trabajar en el comedor. La hora de la comida es una oportunidad perfecta para sacar el euskera de las aulas y llevarlo a un ámbito de ocio. Cuando se creó el grupo de trabajo veíamos este espacio del mediodía muy adecuado para lo no curricular y se pusieron en marcha diversas actividades como las clases de bertsolaritza, guitarra y trikitixa.
Los niños y niñas también se han convertido en partícipes en la gestión del residuo orgánico que se genera en el comedor. De hecho, hace 4 años instalamos una pequeña compostadora en la huerta de la Ikastola, cada día un grupo de alumnos y alumnas se acercaba a la cocina a la hora del patio y llevaba los residuos orgánicos generados esa mañana a la compostadora.
Aparte de esto, los residuos orgánicos que se generan en el comedor son recogidos diariamente por la empresa Ekaia y trasladados a la compostadora que tiene en Narbaiza. El abono que se genera con todos estos residuos es devuelto a la Ikastola en primavera para ser utilizado por el equipo de la huerta.
Servicio imprescindible en tiempos de pandemia
La situación creada por la COVID-19 ha traído muchos cambios también en el comedor de la Ikastola Armentia. Las más destacadas son las medidas que el alumnado debe cumplir para que su grupo estable no se rompa. Los alumnos y alumnas pasan mucho tiempo en las aulas, hay dificultades para organizar actividades extraescolares, barreras de contacto y las normas de autonomía que se trabajaban a la hora de comer se han tenido que suspender porque no se pueden mover en el espacio del comedor.
La organización también ha obligado a realizar importantes cambios en las horas de comida. Ya que se han tenido que crear más turnos para que se respeten las burbujas y las distancias, para organizar las salidas de entrada y porque el aforo del comedor se ha limitado. Cada día comen unos 400-450 alumnos y alumnas. A las 12:00 horas comienzan las comidas con los niños y niñas de un año y terminan con los alumnos y alumnas de Bachillerato, a las 15:15 horas.
Antes de comenzar el curso creíamos que el número de niños y niñas iba a bajar pero ha quedado claro que los comedores de los centros escolares son un servicio imprescindible para las familias. En Armentia, al menos, no podemos imaginar tener la Ikastola abierta sin servicio de comedor.