Unai López de Armentia es el responsable y cree que hacer compost es "una buena oportunidad” para que aprendan los niños y niñas: “Sirve para aprender el ciclo de la materia de una manera práctica. Muchos contenidos en el aula se trabajan de una manera teórica y ésta es una muy buena oportunidad para experimentar".
Profesorado y alumnado voluntario llevan a cabo la zona de compostaje de la ikastola. Recogen la materia orgánica que se genera durante las horas de patio una vez a la semana y separan el material no apto para hacer compost: papel de plata, envases de plástico… Cuando el compost está listo, lo utilizan en la huerta o en los árboles del patio como abono.
En opinión de López de Armentia, compostar en el centro tiene varios beneficios, entre ellos, despertar la conciencia ecológica en las niñas y niños, impulsar la filosofía Zero-Zabor, contribuir a mejorar la calidad tanto del aire como de las aguas, y poner de manifiesto el problema de los plásticos de un solo uso.
Utilizan la pequeña compostera del patio de forma didáctica. Por el contrario, al no tener capacidad para gestionar el residuo orgánico del comedor (50kg diarios), lo gestionan a través de la empresa Ekaia Eko-gestión. La empresa recoge diariamente lo generado en el comedor y hace compost con estos residuos. Así, cuando necesitan compost en la ikastola lo aporta la empresa. El objetivo es que el comedor sea más sostenible.